Muere el modisto Pierre Cardin
El mundo de la moda pierde a uno de sus mĆ”s grandes. Pierre Cardin, uno de los responsables de la era dorada de la moda en el siglo XX y el hombre que revolucionó el sector con el prĆŖt-Ć -porter y sus diseƱos futuristas, ha fallecido este martes a los 98 aƱos en las afueras de ParĆs, la ciudad desde donde creó un imperio internacional que siguió dirigiendo hasta su Ćŗltimo aliento.El visionario modisto, pionero del diseƱo accesible, murió en horas de la maƱana en el hospital americano de Neuilly, al oeste de la capital francesa, por motivos no especificados, segĆŗn ha informado su familia a la Agencia France Presse. “Es un dĆa de gran tristeza para toda nuestra familia. El gran diseƱador que fue atravesó el siglo dejando a Francia y el mundo una herencia artĆstica Ćŗnica en la moda, pero no solamente”, se limitaron a decir sus familiares en un comunicado, en el que se declararon “orgullosos de su ambición tenaz y de la audacia de la que dio muestras toda su vida”.
Nacido el 2 de julio de 1922 en San Biagio di Callalta, Italia, en el seno de una familia de agricultores, Pietro Costante Cardini creció en Francia, donde se instalaron sus padres huyendo del fascismo de comienzos del Siglo XX. Un pasado del que este “hombre hecho a sĆ mismo” se proclamaba orgulloso. “Soy un chaval de suburbios. Y me convertĆ en Pierre Cardin”, solĆa decir para, de inmediato, asegurar que si tuviera que volver a empezar de nuevo, lo volverĆa a hacer todo “con mucho entusiasmo”, segĆŗn recordó Le Monde. Pero su fulgurante escalada al Olimpo de la moda no solo se debió a su entusiasmo y su capacidad de visualizar la moda de la posguerra. Este hombre “de talentos mĆŗltiples y energĆa inagotable”, como lo definió su familia, fue un trabajador incansable que aĆŗn a sus 98 aƱos seguĆa dirigiendo su emporio, que supo tambiĆ©n abrir a un mercado en sus orĆgenes insospechados: Asia. En 1957, viajó por primera vez a Japón, cuando era aĆŗn un paĆs en plena reconstrucción. Y en 1979 ya andaba organizando desfiles en una China lejĆsimos todavĆa de ser el foco del lujo que es hoy en dĆa. “Trabajo, trabajo, trabajo”, contestó hace unos aƱos cuando le preguntaron por el secreto de su juventud eterna.
Cardin creó su imperio a base de necesidades: las de las mujeres trabajadoras. A mediados del siglo XX vio un nicho de mercado, una posibilidad, en vestir a todas aquellas fĆ©minas que, tras la II Guerra Mundial, decidĆan salir de sus casas para incorporarse al mercado laboral. Las tiendas low cost del momento no existĆan, y la mayor parte de ellas no se podĆan permitir trajes de alta costura. De ahĆ su Ć©xito, que explotó mediante licencias de paraguas, carteras, paƱuelos e infinidad de objetos. “Estaba seguro de mĆ mismo. No creĆa ya en la alta costura. Pensaba: ‘Si las mujeres trabajan, ¿quiĆ©n las va a vestir?”, defendĆa en septiembre en Le Figaro. “No habĆa ya razones para crear de forma exclusiva, lo que se convertĆa en importante era la creación, la invención en el diseƱo. QuerĆa ser diferente de los otros, ser individual mediante la creación. Lo que significa no copiar ni imitar jamĆ”s. La mayor parte de la gente de la moda copia, se llaman creadores pero son imitadores. Mis ideas, las tuve yo siempre. Puede que malas, pero experimentales”
Un reciente documental, estrenado a finales de septiembre, y esa larga entrevista con Le Figaro, el diario francĆ©s, fueron algunas de las Ćŗltimas apariciones de Cardin. Entonces se mostraba contento, orgulloso de una carrera larga y fructĆfera. “Cuando lancĆ© el prĆŖt-Ć -porter en 1959, me cayeron las peores crĆticas. El mundo (de la moda) consideraba inadecuado hacer prĆŖt-Ć -porter cuando se venĆa de la alta costura. Pierre BergĆ© incluso dijo: ‘En tres meses, nadie oirĆ” hablar ya de ello’. ¡Y luego (Yves) Saint Laurent hizo lo mismo despuĆ©s de mĆ, pretendiendo que era el primero! Nobody’s perfect”, nadie es perfecto, ironizaba entonces.
En el aƱo 2017, Cardin acudió a Barcelona para presentar una obra de teatro que Ć©l mismo produjo y cuyo vestuario tambiĆ©n creó. Entonces, en una entrevista a este periódico, afirmaba. “La belleza es cruel cuando uno tiene una edad. El problema de Dorian Gray existe. En teatro precedemos lo que es la vida”. TambiĆ©n aseguraba entonces, hace apenas tres aƱos: “No me siento viejo. Sigo dibujando, pero mi pasión es el teatro. Al principio de mi vida quise ser actor. Llevo 54 aƱos dedicado al teatro, soy el director teatral mĆ”s viejo de ParĆs”. Entonces desechaba la idea de la jubilación: “El tiempo libre es la muerte. La familia crece, el amor estĆ” hecho, el placer disminuye, el trabajo concluye... solo queda ser”. Cardin interrumpe la conversación: “Por favor, ponga el nombre de los actores [Thibault ServiĆØre y Federico Marignetti], del director de Dorian Gray [Daniele Martini]... no estoy aquĆ por la moda sino por el teatro. Quiero promocionar a los jóvenes actores”.